miércoles, 13 de julio de 2016

PATRONA DE LAS COSECHAS

El distrito de Huaylas, antes conocido como Atún Huaylas, su fiesta tradicional e importante del año es la fiesta patronal de la Virgen María y Santa Isabel, la que se vive con gran algarabía.

El día central es el 8 de julio que a su vez lo celebran con una corrida de toros. Hay diversas historias que rodean a cada santo(a) creadas por los pobladores de la localidad y  no fue esta la excepción. Aquí la más famosa.

"En los días del virreinato, vivían en Huaylas dos hermanas, Isabel y Visitación, dos mestizas las más hermosas, de un espíritu alegre propio de la hibridez de su raza. Vivían en la mayor armonía.

A Isabel, la mayor, le agradaba extremadamente el baile; donde percibía alguna música se hacía presente para ponerse a bailar.

Isabel se casó con un hombre de cierta edad, que pretendió hacer variar la inclinación de su mujer, sin obtener resultado favorable, la bailadora pegaba su escapada siempre que oía música. El marido ya no podía soportar más, ya que con razones era imposible dominar esa pasión por el baile, decidió recurrir a los golpes, por lo que llevó al campo cercano y le atizó una descomunal paliza.

Isabel, maltratada tan inhumanamente, no quiso regresar al hogar; más, le avergonzaría ser mal casada; decidió entonces terminar con su vida allí y sin meditar mucho, se lanzó al fondo de una quebrada pereciendo allí.

Visitación que vio volver solo al marido de su hermana, le preguntó por ella, y como este no le respondiera satisfactoriamente, se fue a buscarla, distinguiendola en el fondo del abismo. El entrañable amor filial la enceguece, precipitándose hasta el sitio donde yacía su hermana llegando a abrazarla y morir también.

La sangre de ambas que se vertió en en la quebrada fue conducida por el agua hasta los terrenos de cultivo tonificando los campos fructíferos.


Los cuerpos de las hermanas no se les pudo separar, tuvieron que enterrarlas juntas.

Ese año fue en extremo abundante la cosecha de maíz, notándose gran cantidad de mazorcas y rojos maíces, se reunían en la población para hacer vivos comentarios, deduciendo que la sangre de las dos hermanas habría tenido esa virtud, y que ellas serían enviadas del cielo.

Las personas se inquietaron tanto que no pararon sino en convocar a todo el pueblo e ir a visitar la tumba. Se reunieron grupos de españoles a pie y a caballo, pastores, mujeres y niños con sus respectivas músicas, puesto que a la que creían santa, le gustaba la música y el baile se fueron todos bailando.

Al acercarse a la tumba con esa variedad de música y cantos, notaron que la tierra se movía, lo que les hizo pensar que la santa quería bailar; rápidamente voltearon la tierra y distinguieron que las dos hermanas seguían abrazadas, como si estuvieran con vida, los cuerpos intactos y la faz lozana.

Ya no fue sorpresa en los concurrentes sino alegría de encontrar a las que habían fructificado sus campos. En medio de indescriptible algazara las condujeron a la iglesia para proclamarlas Patronas de las Cosechas y Reinas de la Alegría. Allí son veneradas fervorosamente por los agricultores de Huaylas.

A la imagen se le llamó Isabel, por ser la mayor de las hermanas y la protagonista de este hecho.

Luego de depositar los inseparables cuerpos en la iglesia y se retiraron todos los grupos, pero como surgieran discrepancias por quienes serían los primeros en sugerir la idea de visitar la tumba, vinieron los pugilatos entre grupos.

Recordando la tendencia de la santa y recompensando la fructificación de sus campos, todos los años el pueblo íntegro le hace fiesta en medio de la mayor alegría. Los chapetones, cahualludanzas, pashas, pallas, etc., representan estos grupos primitivos, que mucha fe le brindan su culto a Santa Isabel, cada 8 de julio.

cahualludanzas

  •           Prieto, R. P. (2014). Huaylas Mágico. Caraz: El Inca.